domingo, diciembre 10, 2017

Relatos cortos de una vida simple (IV)

Coincidencia

Otro día andando por las calles de la ciudad, aprovechando la cuesta abajo del camino que le ahorra esfuerzo para tan infernal temperatura de verano, Joe piensa en lo complicado de sincronizar su reloj con el resto del mundo. La espera por el ascensor se le hace eterna, pero al final, este llega, y al abrir la puerta, nota la presencia de ella, una dama sonriente que trabaja en el piso inmediatamente superior. No conocen sus nombres, pero hay algo familiar entre ellos, y de tanto cruzarse en ese caluroso elevador han aparecido las preguntas de rigor en la mente de nuestro amigo.

«¿Qué pensará sobre la vida? ¿Cuál será su color favorito? ¿Qué tipo de música le gusta? »pensaba mientras miraba la hora de su reloj.

Ella con la buena energía que proyecta siempre, marca su piso e intenta marcar el de Joe. Él intenta ser cortés y práctico a la vez, no es consciente que ya va tarde y unos segundos no harán la diferencia.

— Tranquila, yo llego a tu piso y bajo por las escaleras —dijo él mientras detallaba la mano de ella.
— No hay drama, igual ya vamos tarde y hoy es viernes —sonriendo ella le responde mientras marca el otro piso en el tablero.
— Cierto —dijo asintiendo la cabeza—. Cuando funde una empresa mis empleados entrarán el lunes a medio día, y se irán a casa los viernes a medio día —pensó en voz alta.
— Cuando tengas la empresa me avisas, para enviarte mi hoja de vida —expresó ella con una sonrisa mas marcada y enérgica.
— Dalo por hecho —terminó diciendo él mientras salía del ascensor.

El tiempo siguió pasando. Días, semanas, y estos dos personajes se han seguido cruzando de manera efímera por los pasillos y elevadores del edificio.  A pesar de todo, en las pocas veces que cruzan miradas nuestros protagonistas, hay siempre una sonrisa y una muestra de simpatía por parte de ella, y una de estima por parte de él. En el fondo, esa sonrisa con tanta buena energía proyectada por esa dama, le recuerda ligeramente el sonido del mar, el sonar de la tambora y la piedra gigante en el horizonte que adorna el atardecer de su hogar.

Han pasado meses desde la última vez que se sentó a escribir algunas inspiradas palabras, y considerando todo lo vivido en este año que se cierra, Joe no quizo ser romántico, tal cual pensó lo estaba siendo su gran amigo Frink. Simplemente intentó entregar un pequeño halago a esa persona, quiso plasmarla en algo que le permita recordarla en caso de que sus fugaces encuentros cesen en el tiempo y el espacio.


Hay cierta gracia en la vida
encarnada a veces por momentos,
en otros casos por sentimientos,
o por imágenes que grabadas lentamente
cual fotografía de antaño,
le dan un toque de energía al ser.
Un destello fausto, 
por mera casualidad, 
o bien un pestañear infortunado, 
bueno, sobre eso te quería hablar:

Cuando te preguntes que le veo
a esta tierra que me acogió
pero en la que sigo siendo extranjero,
si algún día te hablo de mi hogar
aquel que pertenece al olvido
y tengas la duda sobre por que allá no estoy,
simplemente ha sido por coincidencias
imprevistos del día a día,
tal cual alma que se refleja
cuando al espejo te miras.


A spotlight from a blinking memory by IrinaR ft. HenryL.

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